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Una flor diaria para María, Madre de Dios, en el mes de Mayo

31 de mayo

DULZURA DE LOS ÁNGELES


Dulzura de los ángeles, alegría de los afligidos,
abogada de los cristianos, Virgen madre del Señor,

protégeme y sálvame de los sufrimientos eternos.

María, purísimo incensario de oro,

que ha contenido a la Trinidad excelsa;

en ti se ha complacido el Padre, ha habitado el Hijo,

y el Espíritu Santo, que cubriéndote con su sombra, Virgen,

te ha hecho madre de Dios.

Nosotros nos alegramos en ti, Theotókos;

tú eres nuestra defensa ante Dios.

Extiende tu mano invencible y aplasta a nuestros enemigos.

Manda a tus siervos el socorro del cielo.

(De la liturgia bizantina)

29 de mayo

Inmaculada. Alonso Cano

De ti llega la luz de tu mirada,

¡oh!, rayo reluciente de pureza,

que siempre ha iluminado con destreza

el alma de los hombres amparada.

Junto contigo el temor se acaba,

buena Madre que acudes con presteza

y evitas siempre en mí toda pereza,

con esa tu virtud que siempre arrastra.

Modelo, cátedra, Madre callada,

empuja mi vida con fortaleza,

pues tú eres la mujer que bien ama.

Agua clara para tanta torpeza,

mi alma, que agradece ser bien tratada,

queda iluminada con tu limpieza.

José Luis Font Nogués

26 de mayo

Al cielo os vais, Señora,

allá os reciben con alegre canto;

¡oh, quien pudiera agora

asirse a vuestro manto

para subir con Vos, al monte santo!

De ángeles sois llevada

de quien servida sois desde la cuna,

de estrellas coronada,

cual Reina habrá ninguna

pues por chapín lleváis la blanca luna.

Volved los blandos ojos,

ave preciosa, sola, humilde y nueva,

al val de los abrojos

que tales flores lleva,

do suspirando están las hijas de Eva.

Que si con clara vista

miráis las tristes almas de este suelo

con propiedad no vista

las subiréis de vuelo,

como perfecta piedra imán al cielo.

Fray Luis de León

24 de mayo

En el siglo XIX el emperador Napoleón se atrevió a encarcelar al Sumo Pontífice, el Papa Pío VII. Tras varios años en prisión el Vicario de Cristo hizo una promesa: «Oh Madre de Dios, si me libras de esta indigna prisión, te honraré decretándote una nueva fiesta en la Iglesia Católica».

Y muy pronto vino lo inesperado. Napoleón que dijo «Las excomuniones del Papa no son capaces de quitar el fusil de la mano de mis soldados», vio con desilusión que el frío de los campos de Rusia helaba las manos de sus soldados, y volvió humillado con unos pocos y maltrechos hombres. Al volver encontró que sus adversarios le habían preparado un fuerte ejército, que le proporcionó total derrota. Fue luego expulsado de su país y acabó en prisión el resto de su vida.

El Papa pudo entonces volver a su sede pontificia y el 24 de mayo de 1814 regresó triunfante a la ciudad de Roma.

En memoria de este noble favor de la Virgen María, Pío VII decretó que en adelante cada 24 de mayo se celebrara en Roma la fiesta de María Auxiliadora en acción de gracias a la Madre de Dios.

23 de mayo

Dios te salve,

Reina y Madre de misericordia,

vida, dulzura y esperanza nuestra;

Dios te salve.

A Ti llamamos los desterrados hijos de Eva;

a Ti suspiramos, gimiendo y llorando,

en este valle de lágrimas.

Ea, pues, Señora, abogada nuestra,

vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos;

y después de este destierro muéstranos a Jesús,

fruto bendito de tu vientre.

¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce siempre Virgen María!

Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.
Para que seamos dignos de alcanzar

las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.

Oración atribuida a San Bernardo

21 de mayo

No se aparte María de tu boca, no se aparte de tu corazón; y para conseguir los sufragios de su intercesión, no te desvíes de los ejemplos de su virtud.

No te descaminarás si la sigues, no desesperarás si la ruegas, no te perderás si en  ella piensas.

Si ella te tiene de su mano, no caerás; si te protege, nada tendrás que temer; no te fatigarás, si es tu guía; llegarás felizmente al puerto, si ella te ampara; y así, en ti mismo experimentarás con cuánta razón se dijo: Y el nombre de la virgen era María.

San Bernardo

20 de mayo

¿A quién debo yo llamar

vida mía,

sino a ti, Virgen María?

Todos te deben servir,

virgen y madre de Dios,

que siempre ruegas por nos

y tú nos haces vivir.

Nunca me verás decir

vida mía,

sino a ti, Virgen María.

Duélete, Virgen de mí,

mira bien nuestro dolor,

que este mundo pecador

no puede vivir sin ti.

No llamo desque nací

vida mía,

sino a ti, Virgen María.

Juan del Encina

19 de mayo

El Rosario es mi oración predilecta. ¡Plegaria maravillosa! Maravillosa en su sencillez y en su profundidad.

En esta plegaria repetimos muchas veces las palabras que la Virgen oyó del arcángel y de su prima Isabel.

A estas palabras se asocia la Iglesia entera… Al mismo tiempo nuestro corazón puede incluir en estas decenas del Rosario todos los hechos que entraman la vida del individuo, de la familia, de la nación, de la Iglesia y de la humanidad. Experiencias personales y del prójimo, sobre todo las personas más cercanas, que llevamos más en el corazón. De este modo la sencilla plegaria del Rosario sintoniza con el ritmo de la vida humana.

Juan Pablo II

18 de mayo

Ante esta maravilla, la Virgen de la Oliva, esculpida por Alonso Cano y venerada en Lebrija,

no cabe buscar texto alguno, sino contemplarla y decirle… … lo que tú quieras,

que no hay palabras que aconsejar.

Ella es la Madre de Dios y nos muestra a su Hijo, es el Pedestal o el Trono de Jesús.

Puedes pasar horas calibrando detalles de maternidad, ternura y cariño.

José Luis Font Nogués