Archivo por meses: diciembre 2009

01. Seres relacionales sujetos capaces de educación

José Luis Font Nogués

Toda persona humana es un ser relacional; más aún, es el ser del universo que más necesita de la relación con Dios, con la naturaleza física, con la naturaleza animal y con los humanos de su misma naturaleza. Esto, que siempre fue así, se ha magnificado últimamente mediante las vías que llamamos “avances científicos”, “globalización” e “relaciones interculturales”, con la espectacular ayuda de la rápida e instantánea intercomunicación a nivel mundial que pone a toadas las personas y a todas las noticias a nivel cercano.

Tradicionalmente conocida –y se avanza en ello- es la relación madre-hijos dentro del seno materno, la necesidad de comunicación de los hijos con los padres y viceversa, las relaciones amistosas, las buenas relaciones laborales y las relaciones tan necesarias del amor.

Algunos estudiosos de la filosofía vienen a definir al hombre como un “ser hijo”, lo que lleva a definirlo también como ser relacional porque no entiende nadie su ser, su vida ni su existencia si no es en relación con sus padres.

Educar en el siglo XXI exige entrar en ese marco en el que las personas se desenvuelven y ése es el mundo real en el que deben dar respuesta adecuada a sí mismo, Dios, a los demás y a la naturaleza. Esa respuesta debe darse en respeto al universo y a todas las personas que le rodean y que tienen la libertad como una característica propia cada día más defendida.

Es dentro de este paisaje en el que también, y principalmente, se ha de ayudar –es decir, educar- a descubrir la Verdad como el mejor camino para lograr el destino personal feliz temporal, espiritual, terreno y eterno. La progresiva Revelación del único Dios que al paso del tiempo se ha hecho hombre y nos salva, es digna de ser rastreada hasta descubrirla y encontrarla como un gran don. Educar es ayudar a transmitir esa fe en Dios, único y cercano, como fuente de modelación de toda una vida.

Educar para ir hacia la Verdad

José Luis Font Nogués

Entre las frases célebres conocidas circula aquella atribuida a Platón, que dice: “Educar es dar al cuerpo y al alma toda la belleza y perfección de que son capaces”. Resulta interesante esta reflexión porque la persona busca ser mejor a través de los conocimientos que le llegan por sus relaciones con los demás y por su razón, pero ¿cómo se le puede ayudar a que alcance esa belleza y perfección?

Es fundamental para la persona recibir el saber por transmisión familiar, escolar, amistosa, cultural o por revelación divina; todo el bagaje cultural tiene la capacidad de hacerle mejor, de darle un sentido a su vida, de gozar con la belleza de las cosas y de ahí a gozar del mismo bien.

En cuanto al ejercicio de la razón y a la acogida de la revelación divina, hay que tener en cuenta la reflexión del cardenal Ratzinger: “La razón no se salvará sin la fe, pero la fe sin la razón no será humana”

Es digna de estudio la tarea del progreso de las personas hacia el encuentro con la Verdad, tarea para la que ha de contar con esas características de su ser: la relación con los demás y el ejercicio de su razón.