Archivo por meses: agosto 2014

Actuaciones acertadas

José Luis Font Nogués

Publicado en la revista digital «¡Qué familia!»

http://www.quefamilia.es

A lo largo de cada día tomamos muchas decisiones y esa determinación nos hace ir valorando las posibilidades a nuestro alcance casi sin darnos cuenta. Algunas veces se hace más importante la materia sobre la que hay que decidir y lo pensamos más detenidamente e incluso consultamos con otras personas; otras veces actuamos con mayor ligereza. En el origen de esa toma de decisiones buscamos lo que realmente nos interesa, lo que vemos que nos conviene en cada momento o tendrá una repercusión favorable en el futuro.

Una cuestión tan fácil a primera vista nos ofrece confusiones: pensará el niño por qué no ha de comer con los dedos, estorbará al adolescente volver a casa temprano en vez de estar con los amigos, querrá no estudiar y hacer deporte quien ya va dejando la niñez y se adentra ve que descubre un mundo con muchas cosas apetecibles a su alcance, costará al padre y a la madre cuidar de la casa y de los hijos –es más, ¿cómo lo hacemos?-, será un problema decidir sobre dos posibilidades distintas para resolver un asunto familiar. Las alternativas de resolución aparecen inesperadas o se pueden buscar, el caso es resolver bien en cada momento.

La gran cuestión es saber cómo resolver, no confundirse en la decisión. Esto lleva a mirar adentro de cada persona: ¿quién soy yo?, ¿quién eres tú?, ¿qué persigo?, ¿hacia dónde vas?, ¿qué me mueve a actuar?, qué consecuencias tendrá mi decisión?… Quizá haga falta asesorarse, estudiar, leer algo conveniente, consultar, pensar; tenemos datos prácticos y podemos encontrar teorías, pero quizá no sea acertado el acercamiento exclusivo a uno de esos dos extremos porque la vida no es teoría y a la teoría le falta vida; además de la mucha ciencia hay factores de libertad, cultura, historia o capacidades de cada persona que inciden en la toma de una decisión y, en el otro extremo, el ejecutar continuamente sin pensar es superficialidad o atolondramiento.

El ejemplo del niño que busca con complacencia lo bueno y mira de reojo sonriendo cuando busca algo que él ya entiende como no adecuado es una gran lección para todos; dentro del niño y dentro de todos hay un sentir de lo que es o no oportuno en cada momento; esa fuente de sabiduría se puede estropear y por eso podemos acudir al asesoramiento y a la reflexión para lograr entender cuál es la buena actuación. La tarea del discernimiento y de la decisión es propia de toda persona desde la niñez a la vejez y en cualquiera de los ámbitos familiar, profesional o social de la vida.

Más vale pensar, no improvisar, experimentar la humanidad de las personas, no ser temerario ni tímido, respetar a todos y solucionar todo de la mejor manera posible. Posiblemente sea el amor lo que lleve a la verdad que habrá que tener en cuenta en cada decisión.

Tres poetas en el Albaicín

Pedro Soto de Rojas

Nace en Granada en 1584. Estudia en la Universidad de Granada. Es teólogo en 1610. Marcha a la Corte de Madrid y conoce a Lope de Vega y a Luis de Góngora. Desde 1616 es canónigo de la Colegiata de El Salvador. En Granada hace amistad con Francisco de Trillo Figueroa. Sus escritos reflejan gongorismo. Su casa la describe en su libro “Paraíso sensible” (le puso música Juan Alfonso García – para soprano, coro y orquesta.

Dos muestras de su poesía de estilo gongorino:

De un soneto titulado “Lisonjea al Genil porque tercia en su amor”:

Saca, Genil, de tu nevada gruta
los corvos cuernos de cristal luciente;
alza con los remansos la corriente
y echa la vista en tu ribera enjuta.

De “Paraíso sensible”:

Entre amargos fragmentos de murallas
y periodos tristes de ruinas

Sutil al más olfato deleitable

los brazos tienden este jardín hermoso
verdores conquistando …
Fragancia que del aire dan las rosas
en puertas del olfato dan señales
y la luz disfrazada,
aunque toda se da, viene tapada

Francisco de Trillo Figueroa

Nace en 1618 en el castillo de San Martín de Padilla (Ares, La Coruña). En 1632 su familia se traslada a Granada, donde entra en ambientes literarios y prologa “Jardín cerrado” de Soto de Rojas. Inicia la carrera de armas en Italia y Flandes, pero lo deja, vuelve a Granada y se consagra a las letras. Tiene influjo de Góngora y del culteranismo. Escribe sobre el Gran Capitán. Muere en Granada en 1680.

Escribe en endechas reales: canción triste o de lamento con los tres primeros versos de siete sílabas, el cuarto de once sílabas y que riman abcB.

Fragmento del poema “Pintura de la noche desde un crepúsculo a otro” donde invoca a Euterque, habla de la noche, los astros, Morfeo, la laguna Estigia, etc.:

Cesa el silencio en todos,
mas no la pena moría,
que a lento paso quiere
terminar el camino de mi vida

Aprisionando enigmas,
ya se desmiente Ceres,
ya Cintia, ya Diana y Proserpina

Manuel Benítez Carrasco

Nació el 1 de diciembre de 1922 en la Plaza de El Salvador de Granada dentro de una familia cristiana, de padre carpintero, estudió en las Escuelas del Avemaría y un tío suyo fue sacerdote en la ermita de San Miguel Alto. En 1943 gana su primer premio de poesía, en 1947 se traslada a Madrid y se hace poeta de teatro. Posteriormente va a América y tiene éxito en Cuba y en Méjico. Vuelve a Granada y muere en 1999.

Dos muestras de su poesía:

Poema “Identidad”:

Soy español andaluz,
granadino, albaycinero;
mi identidad la hizo Dios,
la confirmó un carpintero
y la rubricó mi madre
¡carita de pan casero!

De su poema “Tengo cinco toritos negros”:

Contra mis cinco sentidos
tus cinco toritos negros.
Torito negro tus ojos
Torito negro tu pelo
Torito negro tu boca
Torito negro tu beso.
Y el más negro de los cinco,
tu cuerpo, torito negro.