Archivo por meses: junio 2020

La unión de amor

La presencia física cercana de una persona con respecto a otra y con quien se tiene amistad y afecto, puede ser motivo de una ayuda esencial que puede llegar a ser mutua. Efectivamente, son mutuos y recíprocos los beneficios del amor esponsal o del amor familiar, o de la amistad y, en general, del trato respetuoso entre las personas. Estas ayudas pueden ser del orden material y del orden espiritual; por ejemplo, se puede ayudar a realizar una tarea de arreglo de la casa o se puede animar a estar con serenidad.

Las ayudas de tipo material solo se pueden realizar en presencia del otro y junto al otro, ya sea a poca distancia o de forma virtual a través de redes informáticas. Pero las ayudas espirituales traspasan las distancias de espacio y tiempo; por ejemplo, se ama a otra persona estando cerca o estando a kilómetros de distancia, pero -aunque el amor tienda a la cercanía- no se identifican cercanía geográfica y unidad de espíritu. En la unidad que suscita el amor, las personas que se aman están mutuamente influenciadas allí donde estén, espacialmente juntas o a distancia, y cada una de ellas están en referencia a la otra en cuanto persona amada que influye y a la que se le tiene siempre presente.

Dice Dionisio Aeropagita que el amor es una fuerza unitiva. Existen dos posibles uniones entre los que se aman: 1º, una unión real, cuando uno y otro están realmente presentes (como dos personas que están en el mismo lugar y que se ven inmediatamente); 2º, una unión afectiva (como la que se da entre dos personas físicamente muy distantes); esta unión procede del conocimiento (del recuerdo actual de la persona amada) y del amor de esta persona. El amor basta para constituir formalmente la unión afectiva y lleva a desear la unión real. Así lo recoge Santo Tomás de Aquino (S. T. I, II, q. 28, a. I y 2) cuando se pregunta si la unión es efecto del amor, y si una mutua adhesión o inherencia es efecto del amor.

En la unión afectiva -explica Garrigou-Lagrange- se dan dos aspectos: 1º, la persona amada está en el que la ama como grabada en el afecto de éste por la complacencia que le inspira; 2º, al contrario, el que ama está en la persona amada en tanto que se regocija muy profunda e íntimamente en todo lo que le place a ella, esto se da en mayor grado cuando más desinteresado es el amor.

Semana Santa en Granada, año 1642

El ilustrísimo señor Don Martín Carrillo de Alderete, Arzobispo de esta ciudad de Granada, mandó por un edicto de censura que el Jueves Santo se cerrasen las iglesias desde las diez de la noche en adelante (…) y esta noche a las nueve llovió muy reciamente y cayó grande piedra por algunas partes haciendo grande daño a las frutas (…)»

Salieron este año las dos cofradías de penitencia.

MIÉRCOLES SANTO

La de la Humildad de Jesucristo que sale del convento de Nuestra Señora de la Victoria el Miércoles Santo por la tarde

JUEVES SANTO

Y la de la Sangre de Cristo que sale del real Convento de nuestra Señora de las Mercedes el Jueves Santo por la tarde

Las cuales habían dejado de salir por estar pobres y haber faltado muchos hermanos y cofrades que están sirviendo a su Majestad.

Y así mismo, este año dejó de salir «la grandiosa cofradía de la Sagrada Oración del Huerto que sale del Convento del Señor San Antón el Miércoles Santo, la cual dejó de salir por estar necesitado».

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cfr. Francisco Henríquez de Jorquera. Anales de Granada. Edita Universidad de Granada 1987. página 909.

Semana Santa en Granada, año 1640

Procesiones en la Semana Santa de 1640, citadas en referencia al calendario y horario de 1631:

MIÉRCOLES SANTO

Salida a 15:00 horas. Cofradía de la Humildad de Jesucristo (convento de Nuestra Señora de la Victoria), no se cita en el libro de Francisco Henríquez de Jorquera que saliera el Miércoles Santo a las tres de la tarde.

Salida el 4 de abril a 16:00 horas. Cofradía de la Sagrada Oración del Huerto (convento del Señor San Antonio Abad), salió el Miércoles Santo a las cuatro de la tarde. «Salió tan opulenta y grandiosa que no se ha visto en esta dicha ciudad; fueron novecientos hachas por número, las cuales salieron en esta cofradía con banderolas grandiosas. Fue tanta gente que salió a ver esta cofradía que no se podía rejender por las calles».

JUEVES SANTO

Salida por la tarde. Cofradía de la Santísima Veracruz (convento del Señor San Francisco), salía el Jueves Santo en la tarde, no se cita en el libro de Francisco Henríquez de Jorquera que saliera.

Salida por la tarde. Cofradía de las Angustias de la Madre de Dios (iglesia parroquial de las Angustias), salía el Jueves Santo después de la Veracruz, no se cita en el libro de Francisco Henríquez de Jorquera que saliera

Salida por la tarde. Cofradía de la Sangre de Jesucristo (Real convento de Nuestra Señora de las Mercedes), no se cita en el libro de Francisco Henríquez de Jorquera que saliera el Jueves Santo en la tarde tras las Angustias.

VIERNES SANTO

Salida a las 4:00 horas. Cofradía de Jesús Nazareno y Santa Elena (convento de los santos mártires San Cosme y San Damián), no se cita en el libro de Francisco Henríquez de Jorquera que saliera el Viernes Santo a las cuatro de la mañana.

Salida a las 8:00 horas. Cofradía de la Sagrada Pasión de Cristo (convento de la Santísima Trinidad), no se cita en el libro de Francisco Henríquez de Jorquera que saliera el Viernes Santo a las ocho de la mañana.

Salida el 6 de abril por la tarde. Cofradía de las Tres Necesidades de Nuestra Señora y Entierro de Cristo (Iglesia parroquial del Señor Santiago), salió el viernes por la tarde. «Salió tan grandiosa que le aventajó en grandeza con tantas cosas nuevas de la escritura, cargada con tanto primor y con tantas banderolas como pasos. Salió en ella toda la caballería y nobleza de Granada, delante, con hachas, llevando el estandarte el conde de Santistevan, llevando las borlas del estandarte don Juan Luis Ponce de León y otro gran caballero, todos los tres de la Orden de Santiago; salieron en el paso de Nuestra Señora todos los escribanos del número de Granada con sus hachas. Fue tan larga que duró de pasar por la Santa Yglesia hora y media larga priesa la cofradía de la Soledad que sale después».

Salida por la tarde. Cofradía de la Soledad y Entierro (convento de Nuestra Señora de la Cabeza), salía el Viernes Santo en la tarde. no se cita en el libro de Francisco Henríquez de Jorquera que saliera, pero se entiende que salió por lo que dice de la cofradía anterior.

Además, el autor cita otras salidas de cofradías en el tiempo de Pascua.

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cfr. Francisco Henríquez de Jorquera. Anales de Granada. Edita Universidad de Granada 1987. página 846-847.

Semana Santa en Granada, año 1631

Procesiones en la Semana Santa de 1631:

En este año el señor provisor proveyó auto en que se mandó auto en que mandó que no saliesen las cofradías de penitencia bajo pena de excomunión mayor y de doscientos ducados, y esto fue con acuerdo y parecer del Cabildo de la Santa Iglesia; solo pudieron salir tres de las más antiguas cofradías: Veracruz, Angustias y Soledad.

MIÉRCOLES SANTO

Salida a 15:00 horas. Cofradía de la Humildad de Jesucristo (convento de Nuestra Señora de la Victoria), se prohibió que saliera el Miércoles Santo a las tres de la tarde.

Salida a 16:00 horas. Cofradía de la Sagrada Oración del Huerto (convento del Señor San Antonio Abad), se prohibió que saliera el Miércoles Santo a las cuatro de la tarde.

JUEVES SANTO

Salida por la tarde. Cofradía de la Santísima Veracruz (convento del Señor San Francisco), salía el Jueves Santo en la tarde. Salió.

Salida por la tarde. Cofradía de las Angustias de la Madre de Dios (iglesia parroquial de las Angustias), salía el Jueves Santo después de la Veracruz. Salió.

Salida por la tarde. Cofradía de la Sangre de Jesucristo (Real convento de Nuestra Señora de las Mercedes), se le prohibió salir el Jueves Santo en la tarde tras las Angustias.

VIERNES SANTO

Salida a las 4:00 horas. Cofradía de Jesús Nazareno y Santa Elena (convento de los santos mártires San Cosme y San Damián), se le prohibió salir el Viernes Santo a las cuatro de la mañana.

Salida a las 8:00 horas. Cofradía de la Sagrada Pasión de Cristo (convento de la Santísima Trinidad), se le prohibió salir el Viernes Santo a las ocho de la mañana.

Salida a las 14:00 horas. Cofradía de las Tres Necesidades de Nuestra Señora y Entierro de Cristo (Iglesia parroquial del Señor Santiago), se le prohibió salir el viernes a las dos de la tarde.

Salida por la tarde. Cofradía de la Soledad y Entierro (convento de Nuestra Señora de la Cabeza), salía el Viernes Santo en la tarde. Salió.

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cfr. Francisco Henríquez de Jorquera. Anales de Granada. Edita Universidad de Granada 1987. página 720-721.

Vivir con optimismo

Pensar en el optimismo es referirse a tener una actitud positiva y favorable que haga posible una vida satisfactoria y dicho es contrario al pesimismo, desesperanza, tristeza o poco atrevimiento para llevar a cabo acciones muchas veces necesarias. Ante este panorama, se concluye inicialmente que merece la pena ser optimista.

La forma de ser de cada persona enfoca la vida de unas de estas dos maneras: o que cree que todo lo que existe y sucede es lo mejor, o por el contrario, piensa que cuanto sucede es lo peor que puede suceder. Entre ambos extremos hay mucha variedad de casos que pueden agruparse desde los audaces e intrépidos hasta los previsores o timoratos. Nunca los extremos suelen ser buenos, por lo que la excesiva confianza en la bondad de todo y de todos, o bien el tener miedo ante todo, puede ser irreal porque falta objetividad en dichos extremos. Por tanto, hay que ser equilibrado: ni utópico iluso ni realista que se colapsa con su pesimismo.

Ante todo, la persona debe ser consciente de quién es, cuáles son sus capacidades y posibilidades. Los bienes que tenemos -aparte de los materiales, necesarios para poder vivir- son aquellos que integran la perfección y felicidad de la persona, tales como inteligencia, relaciones buenas con los demás, el amor, la salud, la paz personal, la paz social. Y entre ellas vienen a insertarse dos cualidades: el amor y las dificultades. El amor perfecciona y si hay miedo quizá falte amor o sentirse querido, personas a las que se ame o de quienes recibir amor; el amor ilusiona y da seguridad. Las dificultades -que sería ilusorio eliminar de nuestro horizonte- no tienen por qué ensombrecer el panorama, sino que hay que colocarlos en su verdadero sitio y en su verdadera dimensión.

Algunos factores que favorecen el optimismo:

Primero. Ser conscientes de los bienes interiores que poseemos, en concreto los bienes en el entorno de la interioridad: tener un orden interior que sepa situar todos los asuntos, tener paz y armonía interior, tener el arte de vivir en amistad con todos, estar habituado a ser leal y justo.

Segundo. Disponer siempre de una buena dosis de buen humor: el buen humor ayuda, ¿por qué hemos de ver los asuntos con tremenda seriedad?… ¿eso es parte de nuestro aparentar “ser importante”, que en realidad es un complejo de inferioridad? Tener la liberalidad de no dar tanta importancia a una cosa, dejar reposar un asunto para resolverlo más tarde con serenidad, divertirse incluso con lo que le sorprende, eso es un bien que relaja y descansa la mente.

Tercero. Dar contenido al optimismo y a la alegría: hay personas falsas o que está hablando y se nota que no se creen lo que dicen o que la otras personas les dan igual…. Hay que poner contenido en la alegría; por ejemplo, “me alegro por tu bien o por algo bueno que te ha pasado a ti (no a mí, que eso es egoísmo)”, estoy contento porque estoy seguro de lo que quiero, tengo la alegría de pretender lo bueno para otros, tengo alegría porque sé que -a pesar de dificultades- las cosas salen con un buen trabajo, sonrío por razones satisfactorias que siento en mi interior.

Cuarto. Ser consciente de un hecho humano del que nadie escapa: el sufrimiento y el dolor. solo es optimista y alegre aquél que ha pasado por el realismo del dolor y del sufrimiento.

Y el optimismo tiene buenas consecuencias:

Buena consecuencia del optimismo es que esa persona optimista es fuerte, capaz de llevar a cabo cualquier esfuerzo… no así el pesimista, que se hunde a la primera contrariedad.

El optimismo es motivo de civilización: el optimismo, la alegría respaldado por la verdad sincera, “civilizan”, hacen posible una civilización en paz donde no hay guerra ni enfado ni trampa. Hay un susurro o una brisa que el optimista esparce, es un valor añadido de los frutos de todo trabajo o de toda relación social.

El optimismo y la alegría dilata la acción buena y, por tanto, hace fácil establecer objetivos y medios, programarlos para lograr lo que se pretende.

El optimismo da seguridad, la persona segura tiende a no ser problemática, ve las cosas con tranquilidad, el optimista equilibrado tiende a estar seguro.

El optimista tiene un valor añadido o efecto multiplicador: el optimista arrasa porque a las personas nos gusta seguir al alegre, al que me va a dar soluciones, a la persona con quien da gusto estar.

Por tanto, es de agradecer encontrar personas optimistas a nuestro alrededor porque sabemos que saben poner en marcha su motor interno. El optimista es creativo, mucho más si ama y es amado, y por ello sabe ponerse sobre las dificultades y obstáculos para seguir adelante sin quejas, con imaginación y con una sonrisa constante.