Archivo de la categoría: Alonso Cano

Alonso Cano (Granada, 1601-1667). Dibujante, pintor, escultor, arquitecto. «Entre los maestros españoles de los siglos XVI y XVII, Alonso Cano fue el que más se aproximó al ideal de genio universal» (Harold E. Wethey)

Personalidad humana de Alonso Cano

El modelo humano de Alonso Cano es apasionante. Sólo sus relaciones familiares son de gran interés: su padre, ensamblador de retablos; Francisco Pacheco, su maestro en pintura; Martínez Montañés, su maestro en escultura; Velázquez, su amigo y compañero; sus esposas, familiares de artistas; el hombre y la mujer, seres a idealizar. El estudio de su carácter y de su intencionalidad artística integra, en los avatares de su personalidad y de sus circunstancias vitales, numerosos aspectos de la comprensión de los tiempos a través de su concepción artística.

Deslumbrante, con vida agitada, de genio arrebatado e impulsivo, crisis espirituales y materiales le llevaron –después de dos matrimonios truncados y sin descendencia- a refugiarse en una cartuja y aceptar una Ración vacante en la catedral de Granada, ante intransigencias del Cabildo –que choca con su temperamento irreductible- derrocha en la catedral de Granada los primores de su arte, “amplio de espíritu, hasta el despilfarro, aficionado a conversar, a coleccionar estampas y dibujos, libros y curiosidades bellas” (GÓMEZ MORENO, 1954: 10), con generosidad da limosna y regala dibujos o estampas, estudioso de su trabajo, sufrió prisión por sus deudas, regañaba a su regio discípulo el príncipe Baltasar Carlos, rompía sus obras antes que despreciarlas, sufrió prisión y tormento por causa del asesinato de su segunda esposa –no por culpable, sino por habérsele creído capaz de serlo-, pintor del Rey, pero no cortesano, tuvo amigos, su genio artístico y sus excentricidades contribuyen por igual a hacerlo famoso, de gran valía humana según “dan fe los biógrafos y la amistad que le unió a Velázquez desde los tiempos del taller de Pacheco hasta la muerte del pintor” (GÓMEZ MORENO, 1954: 11)

FUENTES:

GÓMEZ MORENO, María Elena. Prólogo a catálogo de la exposición “Alonso Cano”. Madrid, 1954

Santo Domingo en Soriano (Alonso Cano, 1648-1652)

José Luis Font Nogués

Uno de los temas pintados por Alonso Cano representa el milagro sucedido en Soriano (Italia) la noche del 15 de septiembre de 1530. Es posible que Alonso Cano conociera, no sólo el hecho extraordinario, sino también los lienzos o algunas estampas de óleos de otros autores como, por ejemplo, Zurbarán. La obra de arte titulada “Santo Domingo in Soriano” tiene un boceto del mismo Alonso Cano conservado en la Biblioteca Nacional de Madrid y el óleo se encuentra en el Museo de la Fundación Gómez-Moreno, en Granada.

Santo Domingo in Soriano (Alonso Cano)
Santo Domingo in Soriano (Alonso Cano)

Este tema nos lleva al año 1510. Cuenta la tradición que en la ciudad de Cantanzaro, situada al sur de Italia y en la Calabria Ulterior, se encontraba un dominico piadoso y austero llamado Fray Vicente. Un día, bajo inspiración de Santo Domingo, Fray Vicente de Cantanzaro poniéndose en camino llegó a Soriano para fundar un convento en esa ciudad y lo llegó a construir con la ayuda de la Divina Providencia porque tenía gran escasez de medios materiales. Así, se estableció en Soriano una pequeña comunidad de frailes dominicos que vivía casi ignorada. Pero en 1530 cambió el rumbo del monasterio.

En el lienzo recoge el acontecimiento de la noche del 15 de septiembre de ese año, cuando la Virgen se apareció al hermano sacristán del monasterio -Fray Lorenzo da Grottaria- y le entregó una tela con la representación de Santo Domingo. En la aparición, junto a la Santísima Virgen María, están también Santa María Magdalena y Santa Catalina de Alejandría como patronas de la orden de Santo Domingo. Ellas le entregan un lienzo con la imagen de Santo Domingo de Guzmán y esta pintura es colocada en la iglesia del convento, causando la veneración de todas las personas, atrayendo numerosas peregrinaciones y dando renombre al convento que desde entonces se llamó Santo Domingo de Soriano. Desde entonces la imagen milagrosa de “Santo Domingo en Soriano” ha gozado de gran veneración y devoción. Sigue leyendo

Inmaculada de Alonso Cano para el Facistol de la Catedral de Granada (1655-1656)

José Luis Font Nogués

Inmaculada para el facistol de la catedral de Granada (Alonso Cano)

Inmaculada para el facistol de la catedral de Granada (Alonso Cano)

A través de este texto, que recoge mucho de lo ya estudiado sobre esta obra de arte, se trata de entender la belleza de esta escultura, no sólo en sus características externas, sino en lo que transmite ella misma al espectador que se dispone a contemplarla.

Una primera visión nos hace ver la imagen de la Virgen María, la Madre de Jesús de Nazaret, en un momento de recogimiento y sin símbolos de maternidad ni relación con la vida de su Hijo. Está tallada en madera de cedro y mide 0,55 metros, incluida la base de nubes con querubines. La policromía está conseguida en colores, azul y blanco, lisos y puros.

Pero ya esa primera visión nos dice que no es una escultura vulgar. Se trata de una niña especial, que nos hace pensar en una vida inocente y limpia que, abstraída de la realidad, lleva al que la contempla a una exaltación de la espiritualidad.

Es fácil que la vista de desplace de abajo arriba sin especiales determinaciones. Por ello, tras estudiar algunos antecedentes de esta obra en la trayectoria artística del mismo Alonso Cano, detallamos en ese mismo orden cada uno de los aspectos de la obra de arte -la base, el cuerpo, las manos y el rostro- para poder ir entendiendo su significado. Sigue leyendo

Retablo de Alonso Cano en Santa Paula de Sevilla

Retablo de San Juan Evangelista de Sta. Paula (Sevilla)

Retablo de San Juan Evangelista de Sta. Paula (Sevilla)

El 23 de noviembre de 1635 Alonso Cano se compromete mediante escritura pública a realizar un retablo dedicado a San Juan Evangelista para la iglesia del convento de Santa Paula de Sevilla, perteneciente a religiosas jerónimas. Su fiador fue Juan del Castillo, que era maestro pintor de imaginería, dorador y estofador.

Contratación

Este retablo tiene su precedente en el retablo mayor de la iglesia de Santa María de la Oliva en Lebrija. Este fue contratado en 1629 y en él da comienzo las líneas inspiradoras de los retablos de Alonso Cano: una gran calle central con el tema del retablo y dos calles laterales complementarias.

El 3 de enero de 1638 Alonso Cano comunica que está haciendo los preparativos para marcharse de Sevilla a Madrid.

En esa época estaba terminando el crucifijo del retablo de la iglesia de Lebrija y traspasa legalmente su terminación a Felipe de Ribas.

También dispone ese día 3 de enero que Juan del Castillo terminara los lienzos del retablo de San Juan Evangelista de Santa Paula y asimismo dorara el retablo. Sigue leyendo

La espiritualidad barroca de Alonso Cano

Catedral de Granada. Fachada. Alonso Cano 1667

La Vida de la Virgen en la catedral de Granada

Jornada Interdisciplinar del Barroco

Colegio El Romeral (Attendis).

Málaga, 14 de Mayo de 2008

Nicolás Guindo del Pino

Decir barroco es decir arte. Dentro del barroco hay un movimiento muy desarrollado en Andalucía, siendo Alonso Cano uno de los maestros mas importantes en España y, a su vez, maestro de Pedro de Mena.

Alonso Cano nació en Granada en 1601, hijo de un ensamblador de retablos –el profesional que monta los retablos una vez realizadas las piezas-, en cuyo taller se inició en la escultura. La familia marcha a Sevilla en 1615 y Alonso Cano, a los quince años,  ingresó en el taller de Francisco Pacheco, donde también se encontraba Velázquez (1599-1660), para estudiar pintura. Sigue leyendo

Breve semblanza de Alonso Cano

 

Nació en Granada, hijo de un ensamblador, en cuyo taller se inició, siendo muy niño en la escultura. Mucho más tarde colaboró con su padre en algunos retablos, pero antes, a los 15 años, ingresó en el taller de Pacheco para estudiar pintura. En Sevilla también, junto a Montañés, se formó como escultor. Trabajó con éxito y brillantez en Sevilla, y en 1638 (cuando tenía 37 años) se trasladó a la corte. Estuvo en Madrid hasta que, después del suceso de su segunda esposa, se trasladó a Valencia en 1644 y allí se retiró durante algunos meses en la cartuja de Portacoeli. Volvió a Madrid hasta que, en 1652, disminuido en su salud y cansado del ruido cortesano, regresó a Granada, en donde pensaba encontrar una vida más apacible, arropado por los recuerdos de su niñez y el cobijo de la Iglesia, ya que obtuvo la prebenda de beneficiado racionero de la Catedral. Aunque allí encontró también enfrentamientos y peleas con el Cabildo, es en Granada donde tuvo la etapa más personal, luminosa y fecunda de su arte. Y en la Catedral, donde sería enterrado, nos dejó –tanto en escultura, como en arquitectura y pintura- valiosos tesoros del arte barroco español. Sigue leyendo