La Virgen María
penaba y sufría…
Jesús no quería
dejarse acostar..
¿No quieres?
No quiero.
Cantaba un jilguero:
sabía a romero
y a luna el cantar.
La Virgen María
probó si podría
del sol que venía
la gracia copiar.
María cantaba,
Jesús la escuchaba,
José que aserraba
dejó se serrar…
La Virgen María
cantaba y reía,
Jesús se dormía
de oírla cantar.
Tan bien se ha dormido
que el día ha venido,
inútil ha sido
gritarle y llamar…
Y, entrando ya el día
como Él aún dormía,
para despertarle
la Virgen María
tuvo que llorar.
Eduardo Marquina
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