19 de mayo

El Rosario es mi oración predilecta. ¡Plegaria maravillosa! Maravillosa en su sencillez y en su profundidad.

En esta plegaria repetimos muchas veces las palabras que la Virgen oyó del arcángel y de su prima Isabel.

A estas palabras se asocia la Iglesia entera… Al mismo tiempo nuestro corazón puede incluir en estas decenas del Rosario todos los hechos que entraman la vida del individuo, de la familia, de la nación, de la Iglesia y de la humanidad. Experiencias personales y del prójimo, sobre todo las personas más cercanas, que llevamos más en el corazón. De este modo la sencilla plegaria del Rosario sintoniza con el ritmo de la vida humana.

Juan Pablo II