En tiempos nararíes había dos tipos de estucados, los hechos con cal y los hechos con yeso.
Hechos con cal: se usaban para revestimientos exteriores, revoques de fachadas o enfoscados.
Hechos con yeso: sólo se usaban en el interior, enluciendo primero la pared con yeso negro y después aplicándolo sobre él. Para preservarlo se frotaba con aceite de oliva o tocino rancio. Los colores que luego se aplicaban sobre las yeserías debían ser todos de origen mineral para que no se deterioraran.