Álvaro García del Valle Martínez
Después de la introducción que ha hecho mi compañero Oscar de los Padres de la Economía, yo voy a centrarme en uno de ellos, Adam Smith. Primero hablaremos del desarrollo de su vida, después compararemos las principales doctrinas económicas y nos centraremos en el funcionamiento de la Economía de Mercado, sus aspectos esenciales, ventajas e inconvenientes, para terminar con una breve explicación del sistema económico actual.
[Pulsar: Adam Smith y la mano invisible del mercado (Álvaro García del Valle Martínez)]
Biografía de Adam Smith
Adam Smith está considerado como el Padre de Economía. Nació poco después de la muerte de su padre, el 5 de Junio de 1723 en un pequeño pueblo escocés conocido con el nombre de Kirkcaldy. Cuando tenía 14 años ingresó en la universidad de Glasgow y posteriormente estudió lenguas y Ciencias Morales y Políticas en Oxford. En 1748 ocupó un puesto de profesor de literatura en la universidad de Edimburgo y en 1751 vuelve a Glasgow donde sustituye a Hutchison en la cátedra de Filosofía moral. En 1759 apareció la teoría de los Sentimientos Morales, dedicándose más desde ese momento a la jurisprudencia y a la Economía que a las doctrinas morales, debido al gran éxito de esta publicación consiguió el puesto de preceptor del hijo del duque de Buccleugh con el que inicia en 1763 un viaje de más de dos años por el continente europeo que le permite conocer a F. Quesnay y R.J. Turgot.
En 1768 consigue el empleo de Comisario de Aduanas (como había sido su padre) en Edimburgo, puesto que ocupará el resto de su vida y que no pareció estar en contradicción con su espíritu librecambista. En 1776, ya alejado de la vida académica, publicó la Investigación sobre la Naturaleza y causas de la Riqueza de las Naciones, en la que proponía al liberalismo como principal sistema económico y que supuso el origen de la economía como ciencia. Su fama fue inmediata y la reputación de Smith quedó establecida para siempre.
Poco antes de su muerte, en 1790, la mayoría de los manuscritos del considerado fundador de la escuela clásica fueron destruidos por expreso deseo suyo y sin que mediara explicación alguna.
Principales Doctrinas Económicas
A lo largo de la historia han ido apareciendo distintas doctrinas económicas, que sucesivamente han ido condicionando los cambios, reformas y revoluciones que se han dado en el mundo desde, al menos, mediados del siglo XIII. El liberalismo y el marxismo son las dos principales doctrinas que han intentando, tanto interpretar la realidad, como solucionar los problemas que surgen de ella.
El sistema económico desarrollado durante el siglo XVIII fue fundado por Adam Smith. La doctrina librecambista otorga una preeminencia absoluta al libre funcionamiento del mercado. Según el economista escocés “cada individuo en particular pone todo su cuidado en buscar el medio más oportuno de emplear con mayor ventaja el capital del que puede disponer. Lo que desde luego se propone es su propio interés, no el de la sociedad en común; pero esos mismos esfuerzos hacia su propia ventaja le inclinan a preferir, sin premeditación suya, el empleo más útil a la sociedad como tal”
Como crítica al liberalismo surgió un nuevo sistema de gran importancia, el marxismo. Surgió de la mano de Karl Heinrich Marx, nacido en Prusia en 1818 y con una amplia formación académica y filosófica. Esta doctrina proponía un sistema económico basado en la planificación central, es decir, confiaba en la intervención del Estado en la vida económica.
La Economía de Mercado y su Funcionamiento
La economía de mercado es un sistema económico inspirado doctrinalmente en el liberalismo de Adam Smith. Su funcionamiento descansa en un conjunto de mercados, definidos como toda institución social en la que los bienes y servicios, así como los factores productivos, se intercambian libremente. De esta forma se contestan las tres preguntas fundamentales que se plantean a todo sistema económico: ¿qué producir?, ¿cómo producir? y ¿para quién producir?
En cualquier caso, lo esencial en todo mercado es que los compradores y los vendedores de un bien o servicio entran en contacto libremente para comerciarlo, y siempre que esto ocurra podremos afirmar que estamos ante un mercado. El intercambio en la sociedad se da de forma indirecta. Los miembros de la familia que se encuentran entre la población activa, es decir, que se encuentran en edad de trabajar y quieren hacerlo, intercambian ese trabajo por dinero, que posteriormente utilizarán para adquirir otros bienes. A su vez la empresa contratante venderá su producción, o lo que es lo mimo, cambiará sus productos por dinero y parte de esos ingresos se destinaran a pagar a sus empleados. Así pues, en todo mercado en el que se utiliza el dinero, considerado como tal todo medio de pago legalmente aceptado, existen dos tipos de agentes claramente diferenciados: vendedores, también llamados ofertantes y compradores, también llamados demandantes.
Estos dos agentes posteriormente se pondrán de acuerdo sobre el precio de un bien, determinando el número de unidades monetarias necesarias para adquirir cierta cantidad del producto en cuestión.
En esto se basaba el economista escocés A. Smith cuando defendía el famoso Laissez Faire (dejar hacer). Debido al acuerdo entre vendedores y compradores se establecen precios para los distintos bienes y servicios, lo que asegura la viabilidad de un sistema capitalista de mercado. El libre juego de la oferta y la demanda es una pieza clave en toda economía de mercado.
El principal mecanismo de mercado es la mano invisible a la que Adam Smith se refería en 1776. Los propios consumidores indican a los productores lo que debe producirse. Por ejemplo si los consumidores demandan, cada vez más televisores y menos cantidades de otros productos, se aumentará la producción de televisores y se disminuirá la de otros productos. Es el mercado el que decide si la fábrica de televisores LOEWE produce 100.000 o 150.000 televisores.
El mecanismo del mercado no requiere el contacto directo entre consumidores y productores. De hecho la relación suele ser indirecta y se realiza a través de los precios y las ventas que se dan en el mercado. Si se desea algo y se posee el dinero necesario para adquirirlo se hace, y si hay un número de personas suficiente para hacer lo mismo, las ventas de ese producto se dispararán y el resto de empresas comenzarán a producir más de ese bien y emplearán más recursos. Así se comprueba que no es necesaria una comunicación directa entre productores y consumidores, ya que las ventas y los precios actúan como una mano invisible que dirige el mercado.
Hay una serie de aspectos esenciales de la economía de libre mercado:
a) Los productores ofrecerán aquellos bienes y servicios que son rentables y para los que hay demanda.
b) Los consumidores por su parte pueden elegir lo que compran, dentro de sus posibilidades de renta. Suponemos que estos tratarán de maximizar la satisfacción total, esto es, que gastarán su renta de la forma en que les reporte el mayor beneficio personal o satisfacción
c) La gente puede comprar o alquilar los factores de producción y, de esta forma, convertirse en productores, y ofrecer los bienes y servicios demandados por el mercado.
d) Los cambios en la demanda o en la oferta comportan cambios en el precio de los bienes. Los precios logran equilibrar la oferta y la demanda.
Las principales ventajas de este planteamiento económico son que:
a) La gente puede elegir, producir y consumir según sus preferencias y disponibilidades.
b) El sistema de precios hará posible que los excedentes y las escaseces de bienes y servicios no duren mucho
c) Para decidir qué se debe producir no se necesita que intervenga el Estado.
d) Los individuos tienen incentivos financieros para actuar de forma productiva. Si los productores lanzan al mercado lo que los consumidores desean, pueden obtener grandes beneficios.
Sin embargo, también existen inconvenientes como que:
a) Existen fallos de mercado que dificultan su funcionamiento.
b) Suelen existir grandes diferencias de renta que plantean problemas de equidad.
Estos inconvenientes los intentó contrarrestar el sistema de planificación central que demostró ser igual o incluso menos eficiente que el propio liberalismo.
Teniendo en cuanta lo anterior, lo normal es que los países hayan evolucionado hacia un modelo intermedio entre el capitalismo puro y el socialismo, llamado sistema de economía mixta de mercado.
Del capitalismo vienen las ideologías neoliberales, que rescatan del modelo primitivo una evidencia ya generalmente aceptada: solo la libertad económica para producir y consumir, solo el ánimo de prosperar de empresarios y trabajadores, generan riqueza y bienestar a largo plazo.
Del socialismo vienen las ideologías socialdemócratas, que son herederas de la visión del socialismo de que el mercado debe tener elementos correctores que defiendan a los más débiles y protejan de esa forma el bien común frente a un sistema donde solo importa producir más para ganar más.
En conclusión, las economías modernas y desarrolladas han llegado a una síntesis entre mercado y Estado. Y en estos tiempos de incertidumbre económica que vivimos, (hace pocos días una caja de ahorros ha sido intervenida por el Estado) todo esto de lo que hemos hablado y esta síntesis final que acabo de mencionar se hace si cabe más patente.