Es una grandiosa tarea enseñar y una grandiosa tarea divulgar el arte -divulgar no es dar vulgarmente al vulgo-, de modo que esta tarea también, en parte, es enseñar.
El amor, entonces, a la belleza -a la verdad- no es tanto para hacerla, sino para darla, para enseñar a amarla, para educar al hombre hasta que él mismo sepa verla.
(Pedro Antonio Urbina)