¿Por qué Ezra Pound es un buen poeta?

En su poesía destaca la emoción. Expresa su sentimiento de las cosas mediante parábolas o metáforas; por ejemplo, para hablar del paso del tiempo expresa los efectos en una persona, pero no del tiempo en sí mismo.

Expresa su sentimiento amoroso en delicadas imágenes de signo afirmativo:

Penetra el alba con pasos quedos
Como una Pavlova dorada,
Y estoy cercano a mi deseo.
Nada hay mejor en la vida
Que esta hora de clara frescura,
La hora del despertarnos juntos.

O bien, expresa con fuerza su crítica social:

Murieron a millares,
Los mejores murieron,
Por una vieja ramera desdentada,
Por una civilización llena de remiendos.

Hombre culto, incorpora a la vida su erudición y la incorpora a su sensibilidad poética. Conoce a los clásicos que tanto hablaron del hombre –hazañas, virtudes, vicios, heroicidades, tragedias- e incorpora ese modo a la vida en la que está inmerso. No es su poesía una descripción pedante de bondades ni un relato de vicios y fealdades, sino una intensidad de vida.

No estaba lejos de la realidad social, no estaba “en las nubes” y fue eso lo que le acercó a determinadas tendencias políticas que no le favorecieron. Al respecto, al hablar de la usura habla del mercado, del arte del hilandero, del arte de Piero della Francesca, de Angelico, Memling, etc.; es decir, sus teorías incluso prácticas a pie de terreno estaban expresadas en términos de belleza.

Unas palabras suyas expresan muy bien su manera de pensar y vivir: “Hablo de la belleza, no del culebreo resbaloso, no de la sentimentalización acerca de la belleza, ni de decirle a la gente que la belleza es lo apropiado y respetable. Quiero decir la belleza.”

Tras estas interesantes palabras sobre su modo de proceder en belleza, sigue aclarando: “No se discute acerca de una brisa primaveral, se fortalece uno cuando la encuentra. Se siente uno fortalecido cuando enfrenta un pensamiento de ritmo rápido en Platón o una arista fina en una estatua”. ¡Cómo recuerdo muchas veces la consideración que una persona me hacía acerca de la belleza de trazar a lápiz y a mano alzada una línea sobre un papel; cada línea es distinta con su grosor variado, con sus variaciones a lo largo de ella misma, el hecho de dibujar la línea es bello y el efecto es bello, y hay riqueza de vida al contemplar en conjunto la variedad de líneas trazadas.

Por otro lado, Ezra Pound tiene un lenguaje natural para aquello sublime y distinto que quiere expresar, ¡cuántas cosas dice en los siguientes versos!:

Junto estas palabras para cuatro personas,
Otras pueden oírlas de paso.
Oh mundo, lo siento por ti,
Tú no conoces a estas cuatro personas.

Volviendo a ese conocimiento del hombre a través de los clásicos, recomendaba Ezra Pound a un poeta de habla inglesa: “Considera la precisión que emplea Dante en comparación con la de Milton. Lee de Wordsworth lo que no te parezca indeciblemenbte aburrido. Si quieres ir al meollo de la cuestión, acude a Safo, a Catulo, a Villon cuando está en vena de inspiración; a Gautier cuando no es demasiado frígido; si no posees el don de lenguas busca al sosegado Chaucer”. La tarea poética es encontrar la profundidad del hombre y expresarla intensamente de la manera más asequible, como el mismo Ezra Pound dice:

Id, cantos míos, buscad vuestras loas entre los jóvenes y los intolerantes.
Frecuentas solamente a los amantes de la perfección.
Manteneos siempre en la dura luz de Sófocles
Y soportad las ofensas con ánimo alegre.

Y tenía sentido común cuando contemplaba al hombre y sus acciones:

Cuando observo con cuidado los curiosos hábitos de los perros
Me veo obligado a concluir
Que el hombre es un animal superior.
Cuando observo los curiosos hábitos del hombre
Le confieso, mi amigo, que me quedo intrigado.

Y del sabio el consejo: “No te imagines que algo ‘saldrá bien’ en verso sólo porque resulte pesado en prosa”, o “No escribas primero lo que quieres decir para después llenar con mierda los huecos que te queden”.

Y un apunte final sobre su respeto a la mujer expresado a través del sueño, como el abandono ensimismado en el que ella vive, y a través de alusiones vegetales a la flor, como lo bello:

Fresca como las pálidas, húmedas hojas del lirio de los valles,
Yacía junto a mí en la madrugada.

En su poema titulado “Un pacto” dibuja bien el proyecto de vida que toda persona tiene ante su mesa como un reto:

Yo hago un pacto contigo, Walt Whitman.
Ya te he detestado lo suficiente.
Llego a ti como un niño crecido

Que ha tenido un padre testarudo;
Ya tengo edad para hacer amigos.

Fuiste tú el que partió la nueva leña,
Ahora es el tiempo de tallar.

Nosotros tenemos la raíz y la savia:
Que haya intercambio entre nosotros.

Bella tarea esa del intercambio que propone Ezra y que hace al hombre y a la sociedad.